Spiderwick

Jared (Freddie Highmore) está muy disgustado: su madre los ha llevado a él, a su hermano gemelo Simon (Freddie Highmore) y su hermana Mallory (Sarah Bolger), a vivir a un pueblo apartado y lejos de Nueva York, donde se quedó su adorado e idolatrado padre, con el que además, ella ya no se lleva bien.

Además, la casa tiene algo muy raro, se oyen ruidos extraños por las paredes continuamente aunque parece que los demás están tan ocupados como para no notarlo.

Luego de pelear con su madre, Jared consigue un libro en un baúl, y a pesar de que este advierte lo peligroso que es que lo lean, a él no le cuesta sino unas pocas horas devorarlo, descubriendo que contiene la sabiduría sobre un mundo que todos pensamos existe solo en las leyendas, pero que pronto, se le mostrará tanto a él como a su familia más real de lo que jamás supuso.

Crítica

En esta, como en cualquier película que haya participado el joven Freddie, ha hecho patente su gran talento actoral. En Spiderwick el reto es doble, o tal vez triple, pues además de interpretar el rol del rebelde Jared y del tímido Simón, debe luchar a capa y espada con personajes que no existen sino en el mundo de la animación computarizada.

Spiderwick es la adaptación cinematográfica del libro del mismo nombre de Tony DiTerlizzi y Holly Black, y está plagada de buenos efectos especiales, momentos de acción y aventura.

Además, nos recuerda un gran lección: nunca hagas caso omiso de lo que un niño te cuenta, y mucho menos deseches su palabra por ser la oveja negra de la familia, pues por más fantástico que parezca, podría estar diciendo la verdad.