Cuando me dijeron que iban a hacer una nueva versión de The Karate Kid, lo primero que pensé fue: ¡qué porquería!
Yo siempre fui una big fan de las versiones donde Ralph Macchio y Pat Morita, através del Karate, enfrentaban los avatares de la vida y crecían como seres humanos, así que no me hizo ninguna gracia saber que tal vez podrían destruir esta hermosa historia.
Mi interés realmente lo despertó Will Smith cuando anunció que era el productor de la nueva versión, ya que, siendo admiradora como soy de Smith, me hizo pensar que éste no se arriesgaría en invertir en un proyecto que fuera una porquería.
Cuando vi el trailer, publicado también por Smith, ya sabía que el filme me iba a gustar, porque no se limitaron a hacer solo un estúpido remake de la historia de Daniel San, sino que le dieron una cara nueva, dulce, pícara y traviesa como la de Jaden Smith (si, el hijo de Will), y un desaliñado pero buen maestro (para mí de los más inesperado) en la figura de Chakie Chan.
No les voy a mentir diciendo que soy una admiradora de Chan, creo que The Karate Kid es la primera película de este actor que veo, pero tampoco les voy a negar que me encantó su trabajo en este filme.
Chang pudo mostrar la tristeza de la historia del hombre solitario que se encuentra con un discipulo que nunca pidió, con el que redescubre lo que se siente vivir a través del Kung Fú (si Kung Fú, no Karate, ya que esta película se desarrolla en China) y que se rencuentra con las ganas de vivir y el reto de aprender a enseñar a un alumno no muy obediente pero si de gran corazón.
No puedo decir que esta versión de Karate Kid sea mejor o peor que la original, simplemente, no decepciona, o al menos a mi no me dejó ofendida como fan de la anterior, me dejó contenta, sonriente y con ganas de más.
Yo siempre fui una big fan de las versiones donde Ralph Macchio y Pat Morita, através del Karate, enfrentaban los avatares de la vida y crecían como seres humanos, así que no me hizo ninguna gracia saber que tal vez podrían destruir esta hermosa historia.
Mi interés realmente lo despertó Will Smith cuando anunció que era el productor de la nueva versión, ya que, siendo admiradora como soy de Smith, me hizo pensar que éste no se arriesgaría en invertir en un proyecto que fuera una porquería.
Cuando vi el trailer, publicado también por Smith, ya sabía que el filme me iba a gustar, porque no se limitaron a hacer solo un estúpido remake de la historia de Daniel San, sino que le dieron una cara nueva, dulce, pícara y traviesa como la de Jaden Smith (si, el hijo de Will), y un desaliñado pero buen maestro (para mí de los más inesperado) en la figura de Chakie Chan.
No les voy a mentir diciendo que soy una admiradora de Chan, creo que The Karate Kid es la primera película de este actor que veo, pero tampoco les voy a negar que me encantó su trabajo en este filme.
Chang pudo mostrar la tristeza de la historia del hombre solitario que se encuentra con un discipulo que nunca pidió, con el que redescubre lo que se siente vivir a través del Kung Fú (si Kung Fú, no Karate, ya que esta película se desarrolla en China) y que se rencuentra con las ganas de vivir y el reto de aprender a enseñar a un alumno no muy obediente pero si de gran corazón.
No puedo decir que esta versión de Karate Kid sea mejor o peor que la original, simplemente, no decepciona, o al menos a mi no me dejó ofendida como fan de la anterior, me dejó contenta, sonriente y con ganas de más.
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