Harry Potter (Daniel Radcliffe) recibe una visita inesperada del Director Albus Dumbledore (Michael Gambon) antes de empezar las clases en su 6to año en el Colegio Hogwarts, quien le pide le acompañe a tratar de convencer al antiguo profesor de la escuela, Horace Slughorn (Jim Broadbent) para que vuelva a dar clases en el colegio.
Dumbledore le explica a Harry que el Prof. Slughorn es poseedor de un secreto que este debe sonsacarle lo más pronto posible, pues será vital en descubrir la forma de destruir al imnombrable Voldemort, y le pide además, que acepte estar entre los favoritos del profesor para poder lograrlo.
Mientras tanto, a medida que transcurre el año escolar, Harry descubre su enamoramiento de Ginny Weasley (Bonnie Wright), la hermana de su mejor amigo Ron (Rupert Grint), que no solo ha crecido como una hermosa joven, sino que, lamentablemente, ya tiene novio; además, Harry está casi seguro de que su rival de Slytherin, Draco Malfoy (Tom Felton), se ha unido a los malvados Mortifagos, por lo que lo sigue siempre lo más cerca posible tratando de averiguar que se trae entre manos. Por otro lado, Harry está obsesionado con un libro, cuyo antiguo dueño, conocido con el nombre del Príncipe Mestizo, llenó de brillantes anotaciones que le han ayudado a volverse uno de los mejores estudiantes de la clase, para disgustos y celos de Hermione (Enma Watson).
Como siempre, el año escolar de Harry estará lleno de aventuras y desventuras.
Comentarios
Basada en el libro de J. K. Rowling del mismo nombre, Harry Potter y el Príncipe Mestizo es otra entrega más de la emocionante saga de aventuras del chico mago.
Si bien, las diferencias con el libro son notables en algunos puntos (como en el desagrado de Harry de ser perseguido por Slughorn para que acepte pertenecer a su grupo de alumnos favoritos, la manera en que se relaciona Harry con Ginny Weasley, solo por poner algunos ejemplos), el filme cumple con mostrar la historia,aunque estos cambios pueden decepcionar a más de un fanático de los libros.
Lo que no se puede negar, es el crecimiento en la calidad actoral de algunos de los jóvenes actores, como es el caso de Rupert Grint quien interpreta a Ron Weasley y Tom Felton como Draco Malfoy, quienes se ponen maravillosamente en la piel de sus personajes. De actores de la talla de Alan Rickman solo se puede decir maravillas y que desearíamos verlo en más escenas en el filme representando al oscuro Profesor Snape.
En esta entrega, no es Daniel Radcliffe, en mi opinión, quien más resalta, no por que su talento sea pequeño, sino porque (lamento decirlo) el guión, que trata de resumir el largo libro, y los cambios hechos para volver la película menos oscura y más romántico, no le permiten aprovechar la parte dramática del personaje al máximo.
Los efectos especiales, como siempre, excelentes, especialmente en la escena de la cueva, la música, hermosa como en las entregas anteriores, la fotografía también muy bien cuidada y es que salta a la vista la dedicación de David Yates, su director, al respecto.
Un detalle que me desagradó de principio a fin: la ausencia de las capas y túnicas del uniforme de Hogwarts en los personajes, quienes ya parecen más estudiantes de cualquier colegio británico privado que aprendices de magos y brujas de la saga de Rowling. En mi opinión, en el afán de modernizar a los personajes se ha perdido mucha de la esencia que les caracteriza en el libro.