lunes, noviembre 13, 2006

Réquiem por un Sueño

Existen cintas que perduran largamente en la memoria del espectador, tal es el caso de Réquiem por un Sueño (Requiem for a Dream, 2000) de Darren Aronofsky, cuyas imágenes quedan indeleblemente fijas por su extraordinaria fuerza, que cautiva la atención y a la vez repele por su crudeza.
Sin embargo, una cosa es segura, nadie esta exento al poder abrumador, casi hipnótico, del extraordinario trabajo fílmico logrado por Aronosfsky y su cuadro actoral, compuesto por Ellen Burstyn, Jared Leto, Jennifer Connelly y Marlon Wayans, quienes recrean descarnadamente las debilidades humanas y sus terribles consecuencias. Por ello, Réquiem por un Sueño consigue de manera efectiva golpear duramente la conciencia del espectador y permanecer en su recuerdo como una experiencia bizarra pero de innegable atractivo.

Réquiem por un Sueño es un muy buen ejemplo del poder de expresión y creatividad del cine, ya que combina con maestría diferentes técnicas fotográficas con una narrativa visual impresionante, que aunada a la música compuesta originalmente para esta película por Clint Mansell e interpretada por el cuarteto de cuerdas Kronos, potencian el efecto en el espectador al producir imágenes verdaderamente poderosas, acompañadas de una melodía simétrica, repetitiva y cautivante, que reviste a la mayoría de las escenas del film y ayuda a construir una fuerte carga emocional en las escenas cumbre.
De hecho los famosos 25 minutos finales -invierno, con su efectiva edición de imágenes de cuatro historias en paralelo y tensión in crescendo- no tendrían el mismo efecto devastador sin este portentoso soundtrack.
Esta contundente penetración en la psique del espectador no es fortuita, pues de acuerdo a estudios del funcionamiento del cerebro y de cómo procesamos y/o almacenamos la información, se ha encontrado que la producción de ondas alfa en el cerebro -facilitadoras del aprendizaje y retención de eventos-, es estimulada por la audición de música simétrica, y el soundtrack de este film tiene precisamente ese atributo, por lo que ayuda significativamente a la retención de imágenes y su contexto.
Esto hace que la experiencia de ver, sentir, asimilar y recordar esta película sea fascinante y predispone a que sea valorada por muchos como un nuevo clásico del cine, por la afortunada combinación estilística, histriónica, temática y técnica que reúne.

Para que la experiencia sea aún más enriquecedora, es recomendable ver Réquiem por un Sueño acompañado por alguien que guste del cine, previa advertencia de la dureza de su contenido, puesto que les dará horas de conversación sobre la problemática que aborda: adicciones, no sólo a drogas químicas en forma de fármacos y de sustancias ilegales, también se incluyen acertadamente la adicción a la comida y a la TV. Dichas dependencias son generadas por los personajes para llenar su vacío existencial, con pleno desconocimiento del precio que habrán de pagar por ello.
Esta cinta tiene también un cierto valor didáctico para verla en compañía de adolescentes, aportando comentarios responsables por parte del adulto, pues por su tratamiento constituye un evento emocional que puede resultar aleccionador.

La película se desarrolla a través de cuatro personajes principales y está dividida en cuatro etapas: primavera, verano, otoño e invierno, que marcan el planteamiento de los personajes y su eventual declive en espiral, donde cada uno termina en posiciones equidistantes, de absoluta soledad, muy diferentes a su sueño individual y sin posibilidades de redención. La manera en que transcurre la acción es cine puro. No se debe ni puede contar con palabras, aquí lo que importa es la imagen y la transmisión de estados de ánimo. Las reacciones que consigue en el espectador son asombrosas, su atención es totalmente capturada por las perturbadoras imágenes y el envolvente sonido.
Al terminar la proyección, la audiencia abandona la sala de manera notoriamente callada, enmudecidos por el shock sensorial que acaban de recibir. Sólo se escucha el sonido del romper de las olas y de trino de gaviotas que acompañan a los créditos finales de la cinta, pero sin duda, todos salen con la certeza de haber presenciado una obra cinematográfica de valor incuestionable.

Las actuaciones son de primera, especialmente la de Ellen Burstyn quien personifica a Sarah Goldfarb, dando una cátedra de actuación por la pasmosa naturalidad con que recrea la elocuente caída de su personaje en el abismo de la locura. El desempeño de los otros tres protagonistas Harry (Jared Leto), Marion (Jennifer Conelly) y Tyrone (Marlon Wayans) es extraordinario; en todos vemos el derrumbe paulatino de sus personalidades y el rompimiento de su sueño. Con ellos vivimos su angustia y marginación, para deambular por las oscuras sendas de la adicción y la desesperanza, somos testigos del grito ahogado (en agua, literalmente) de Marion, del desgarrador grito abierto de Harry, de la desesperación de Tyrone y de la progresiva disociación de la realidad de Sarah.

Es tanta la humillación mostrada en pantalla que resulta catártico que casi al término de la cinta, Aronofsky retome la humanidad de sus personajes, en la escena donde dos amigas de Sarah ven con asombro su estado en la sala de visitas de un hospital. La mirada de ellas -específicamente la de Ada- dice más que mil palabras, además de la última escena del filme, donde Sarah encuentra un poco de paz inmersa en la locura, pero como una persona digna. Es ahí donde la película da un golpe certero al corazón del espectador, al apelar a su sentido de compasión e invitarlo a unirse al Réquiem por un Sueño no alcanzado, porque en la condición humana, aún en la degradación, se tiene derecho a uno.


Ficha Técnica:
Dirección:: Darren Aronofsky
Guión: Hubert Selby Jr., Darren Aronofsky, basado en la novela homónima de Hubert Selby Jr.
Producción: Eric Watson, Palmer West
Fotografía: Matthew Libatique
Música: Clint Mansell
Edición: Jay Rabinowitz;
Actores:
Ellen Burstyn (Sara Goldfarb), Jared Leto (Harry Goldfarb), Jennifer Connelly (Marion Silver), Marlon Wayans (Tyrone C. Love), Christopher McDonald (Tappy Tibbons), Louise Lasser (Ada), Marcia Jean Kurtz (Rae), Janet Sarno (Sra. Pearlman).
Estados Unidos, 2000. 102 min
Participaciones: Festival de Cine de Estocolmo 2000 (Premio a Mejor Actriz, Ellen Burstyn); Festival Internacional de Cine de Valldolid 2000 (Espiga de Oro a Mejor Película); Premio a Mejor Actriz (E. Burstyn) de la Asociación de Críticos Cinematográficos de las Vegas 2000; Premios Espíritu Independiente a Mejor Fotografía y Actuación Femenina (E. Burstyn); Nominación a los Globos de Oro a Mejor Actriz Dramática (E. Burstyn) 2001; Nominación al premio Óscar a Mejor Actriz (E. Burstyn) 2001.

Fuente: http://www.revistacinefagia.com

5 comentarios:

Dalia dijo...

Esta crítica de Alfonso Reyes de la Página Web Revista Cinefagia, se adapta 100% a lo que sentí al haber visto Réquiem por un Sueño.

En primer lugar, para mi concepto las actuaciones son inmejorables. El papel de Leto es profundo, vibrante, sentido y eléctrico, así como también es excelente la actuación de Jennifer Connelly como su novia adicta a las drogas y capaz de hacer lo que sea por conseguirlas.

Por otro lado, es impresionante la actuación de Ellen Burstyn como la madre de Harry, la cual trata de llenar el vacío de su vida con la televisión y los excesos de comida, y hace lo que sea por cumplir su sueño de asistir a un show televisivo, incluso volverse guapa a través del uso de las "medicinas" recetadas por un charlatán.

En verdad le agradezco sinceramente a mi amiga Alas el hecho de regalarme esta película y de poder disfrutar de esta joya del cine.

Alas dijo...

Dalia, igual que tú, siento que el crítico expresa 100% lo que es esta película, es más, con sólo leer su crítica he vuelto a llorar, el sábado estaba escuchando la banda sonora acá en el trabajo y tuve que dejar ese pequeño diálogo en el blog de Jared, es tal cual, la banda sonora te llena de imágenes, es imposible que no lo vuelvas a sentir todo otra vez...

Me conmueve mucho, es de las mejores películas que he visto y de las más fuertes también...gracias por dejar las palabras de Alfonso Reyes, es todo lo que hubiese querido decir...

Un abrazo muy grande y ya sabes que la más feliz soy yo!!!!

Dalia dijo...

Gracias Alas por tus valiosos comentarios de esta película que es altamente recomendable.

Dalia dijo...

Gracias a ti Silvia, bienvenida siempre.

Besos Devezencuando

Anónimo dijo...

Hace tres días que vi esta película..y no me salen las palabras.Es muy muy dura, cierto.Me encanta la crítica,creo que refleja fielmente lo que es "Réquiem por un sueño".
Que agonía constante,el tratamiento de la imagen es asombroso,y la deseperanza, sobre todo al final, dolorosa..

No se que decir..todavía estoy dándole vueltas en la cabeza.
Buff..